La vida es simple, que no fácil. 

Es una frase que nos gusta mucho porque dice más de lo que parece. 

En primer lugar, para nosotros significa que si tu vida te parece complicada, quizás es porque tú lo has decidido así.

Otro asunto es que hayas sido consciente de que has tomado esa decisión.

Probablemente no lo hayas sido hasta ahora, nadie se complica la vida queriendo.

La mayoría de las veces es simplemente que no contamos con las herramientas necesarias o la perspectiva para ver otras posibilidades que estaban ahí, a nuestro alcance, y no nos quedó otra solución que coger el camino más largo y tortuoso.

Sea como sea, cada persona es un mundo y su situación personal es única.

No por lo que le ocurra (recuerda que la vida, al final, es muy simple), sino por cómo interpreta lo que ocurre, la visión que tiene de su vida y las opciones que tiene por delante.

Piensa por ejemplo cuántas veces has pensado “qué vida más fácil tienen algunos y qué poco lo valoran”.

Quizás no sea que no lo “quieran” valorar, sino que desde su punto de vista no “pueden” de la misma manera que lo estás haciendo tú.

Seguramente hay personas en una situación peor a la tuya que sueñan con tu vida, mientras tú estás tratando de huir de ella.

El caso es que según la combinación entre tu situación y tu forma de ver tu realidad, tu bienestar y las posibilidades que tienes por delante serán distintas.

Por eso ¿qué consejo universal se le podría dar a todo el mundo?

Nosotros creemos que sólo hay uno realmente válido y te explicamos por qué.

Nunca te detengas

Y ojo, cuidado con cómo lo interpretas.

No nos referimos a una frase motivadora de “sigue adelante y sigue esforzándote al máximo”.

No se trata de eso, porque a veces lo mejor que puedes hacer es detenerte, tomarte un tiempo y descansar o reflexionar para poder continuar tu camino de la mejor manera posible.

Lo importante de esta frase no es lo que te aconseja que hagas, sino que NO hagas: detenerte.

Quedarte quieto, sintiendo que todo a tu alrededor avanza y tú sigues en el mismo sitio.

Que, si alguien te pregunta qué has hecho en los últimos días, tu respuesta sea un simple “nada”.

Porque hacer nada puede ser muy útil si así lo has decidido, si hacer nada te aporta bienestar, disfrutas de ese parón y te ayuda a continuar tu camino.

Pero si no haces nada por un bloqueo, por miedo, por dudas, por sentirte mal… entonces es mejor que no te detengas.

En este caso, parar no te aporta nada, sólo te perjudica. Así que nunca te detengas.

Sigue avanzando

Dándole la vuelta, el consejo sería simplemente sigue hacia delante.

Porque todo lo que hagas te aporta, todo suma, ya te pase algo bueno o algo malo, algo es.

Cualquier error o fracaso te será más útil que sentir que no progresas.

Lo peor es que no hagas nada.

Porque la vida es así de simple: si haces algo, sea lo que sea, conseguirás algo.

Ese algo puede ser obtener lo que buscabas, aprender una lección para la próxima vez, sentirte bien contigo por haberlo intentado a pesar de que todo estaba en tu contra, conseguir algo muy distinto a lo que esperabas pero que es aún mejor…

Quizás, lo más importante de todo sea lo que aprendes de ti. Puede que te sorprendas.

Muchas personas no hacen nada porque permiten que su pasado obstaculice su presente y, con ello, su futuro.

Despertarte cada día sólo para torturarte por tus errores del pasado o tratando de ocultar algún aspecto que para bien o para mal forma parte de tu historia no te llevará a ningún lado.

No lo ha hecho hasta ahora y no va a cambiar más adelante.

Toda preocupación, malestar o sentimiento de culpabilidad que consigue que no hagas nada, seguirá así hasta que tú decidas dejarlo atrás.

Hasta que entiendas que no puedes eliminar ni cambiar tu pasado y que lo mejor que puedes hacer es aprender de ello y seguir adelante.

Si no te gusta lo que dice de ti tu pasado, cambia tú, que sí estás en el presente y aún puedes modificarte a tu antojo.

Tu pasado sólo puede cambiar en un sentido: lo que significa para ti, lo que te aporta o cómo te influye a día de hoy.

Prueba a cambiar todo ese dolor, culpa y malestar por aceptación e incluso orgullo.

Entonces podrás seguir avanzando.

Y será gracias a tu pasado, mucho mejor que intentar hacerlo a pesar de él ¿no?

La vida es cambio

Porque al final tu pasado te define a ti, quién eres, y no hay motivo para que trates de ocultarlo.

Puede que en su momento algunas de tus experiencias no te aportasen nada, o no fueses capaz de verlo, pero con el tiempo y poniendo todo en perspectiva, quizás sí eres capaz de ver los frutos de cada evento de tu vida.

Todo lo que te ha ocurrido, lo que te ocurre a día de hoy y lo que vendrá por delante, te permite cambiar y, al cambiar, avanzas.

Por eso: sigue adelante.

El único error en cualquier caso sería estancarte, bloquearte por completo y no hacer nada de nada.

Porque así no hay mucha posibilidad de cambio y, por mucho que nos guste quedarnos donde estamos y la falsa sensación de seguridad y control que nos genera… la vida es cambio.

Nos sentimos bien cuando sentimos que avanzamos, progresamos, que ocurre algo en nuestra vida.

Y cuanto más avances, mejor avanzarás, de todo se aprende en esta vida, hasta de andar.

Con cada paso aprendes más de ti, de la vida, de lo que quieres y, con un poco de tu parte, serás más feliz.

Por eso, este es el consejo que siempre te vamos a dar.

Todo suma, nunca te detengas y sigue adelante, la vida es cambio.

Otros pensamientos que te podrían interesar

Deja una respuesta

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.