El error que hace que, aunque quieras un cambio en tu vida, sigas en el mismo sitio de siempre

O por qué nada va a cambiar, por mucho que te esfuerces y trates de convencerte de que puedes con todo

Cambiar da miedo.

Y el que diga lo contrario y te hable de eliminar tus miedos para siempre, vivir sin miedo y desterrarlos de tu vocabulario... no se ha enterado bien del meollo.

Porque repetir tres veces delante del espejo que tú puedes con todo mientras tu mente te dice que nanai, no es la solución.

Y cuando quieres un cambio importante en tu vida, pero sientes que te sobrepasa y todo está en tu contra (empezando por ti), es fácil verlo todo negro.

Nos pasa a todos sin importar el tipo de cambio.

Ya sea cambiar de trabajo, terminar una relación, alejarte de algunas personas que sólo te hacen daño, empezar de cero en otro sitio o simplemente cambiar tu rutina por otra más saludable…

En cualquier caso, es probable que sientas que el tiempo va pasando, mientras tú sigues igual y no sabes cómo salir de ahí.

Hasta llegar a un punto en el que empiezas a pensar que todo es culpa tuya, que hay algo mal en ti.

Antes de seguir, es muy importante que pares y leas esto: el problema no eres tú.


Lo decimos porque muchas veces echarse la culpa parece la explicación más lógica.

De hecho, cuando no encuentras otra, parece que es la única.

Eso hace que tu bloqueo, dudas e inseguridades se hagan más grandes, mientras sientes que tus opciones se van reduciendo.

Por lo general, creerte todo lo que piensas puede ser muy peligroso, pero cuando hablamos de tu vida y estás en un momento muy negro te puede llevar a otro error aún peor…

Creer que lo que estás viviendo va a ser así para siempre.

Y te damos 3 razones de por qué no es así:

  • Tu estado emocional condiciona directamente tu forma de interpretar lo que te ocurre y puede distorsionar las posibilidades que ves a tu alcance. De ahí la importancia de entender y gestionar las emociones, en lugar de tratar de evitarlas o vivir en un secuestro emocional.
  • Tu nivel de autoestima y confianza en ti y en tus capacidades también influyen en la interpretación que haces de tu realidad y las opciones que tienes para salir de ahí. De esta manera, tu mente filtra o descarta las opciones que no considera viables para ti. Y si te infravaloras, puede filtrar demasiado.
  • Y lo más sencillo: todos nos equivocamos y lo seguiremos haciendo ¿qué te hace creer que justo ahora estás en lo cierto?

Pero claro, para acercarte al cambio que quieres tiene que haber un camino, una solución que tú veas posible. Si no la ves, nada puede cambiar.

El problema es… ¿dónde demonios está?

¿Cómo ver lo que no ves?

Es simple, que no fácil.

De hecho, la realidad es mucho más simple que todas las películas que nos montamos en la cabeza.

Así que, antes de seguir dándote cabezazos contra la pared, te contamos una manera de dar un paso atrás y ver tu situación desde otra perspectiva.

El caso es que cuando llevas mucho (muchísimo) tiempo viendo las cosas de una manera, parece que no existen más opciones.

No se te pasa otra posibilidad por la cabeza y no es fácil salir de ahí.

Pero tu mente no está en tu contra por mucho que a veces pueda parecer que te sabotea.

Y luchar contra lo que te dice tu mente sin entender para qué lo hace, sólo te lleva a empezar una guerra interna contigo y adivina quién sale perdiendo.

Entonces ¿para qué te dice tu mente lo contrario a lo que te gustaría escuchar?

Ahora te lo contamos.

Pero antes, deja que te contemos una historia.

El secuestro de Ro o el de la ayuda que se convierte en un guantazo

Época de exámenes…

Yo me ponía a temblar y mira que era buena estudiante.

Pero no lo podía evitar. En esas fechas era un manojo de nervios y preocupaciones pensando si me acordaría de todo lo que había estudiado o me quedaría en blanco.

En realidad nunca me había pasado esto último peeero el miedo a que eso pasase siempre estaba ahí.

Por entonces Juan trataba de ayudarme diciéndome que no me pusiera nerviosa, que sería aún peor porque encima de todo me afectaría a la hora de estudiar.

“Maravilloso, cómo no lo había pensado antes, pues no me pongo nerviosa y problema resuelto”.

Ahora bien ¿eso cómo se hace?

Porque yo no tenía esos pensamientos por gusto, sino que se encendían solos en mi cabeza sin que lo pudiese evitar.

¡Era un secuestro en toda regla!

No tenía opción, ni un botón de on/off para esos pensamientos. Mucho menos me creía lo contrario: que no tenía por qué preocuparme.

Lo que en realidad necesitaba no eran las típicas frases de “confía en ti y conseguirás todo lo que te propongas”.

Lo que me habría gustado es saber cómo confiar en mí de verdad y tener la tranquilidad de saber que, aunque intenten asaltarme esos pensamientos y emociones, los puedo controlar.

Puede que esta historia te suene familiar y que, aunque el objetivo sea algo diferente, ahora quieras precisamente eso:

Atreverte a hacer el cambio que quieres sin tener que estar luchando constantemente con tu mente. Tomar el control de tus pensamientos y emociones para sentirte capaz de ir a por todas.

Y es que en realidad da igual que sea un examen o cualquier otro cambio en tu vida.

Te estás enfrentando a una situación que es importante para ti y es normal que te dé miedo que las cosas no salgan bien.

Pero para entender cómo puedes gestionar tus pensamientos y emociones, primero hay que dejar de caer en el mismo error...



El error que hace que, aunque quieras un cambio en tu vida, sigas en el mismo sitio de siempre

O por qué nada va a cambiar, por mucho que te esfuerces y trates de convencerte de que puedes con todo

Ya te habrás dado cuenta de que tus pensamientos son una discusión continua sobre qué puedes hacer y qué no, lo que quizás no te has parado a pensar es en cómo funcionan esas discusiones.

En el fondo, es como consultar un mapa. El tuyo propio.

Tú te preguntas si puedes llegar a tu destino, ese cambio en tu vida que tanto se resiste.

Entonces tu mente mira tu mapa y según lo que ve ahí… te dirá si hay algún camino para llegar a donde quieres, o no.

Y ese “o no” se repite más de lo que te gustaría.

El error es conformarte con esa respuesta: si crees que lo que ves, es todo lo que hay, que lo que tu mente ve en ese mapa son todas las opciones que tienes, nunca podrás ir más allá de lo que ahora tienes.

Ahora bien ¿y si el mapa está equivocado o incompleto?

Mapa Martellus

Imagina que este es tu mapa y quieres llegar a América...

Por muchas veces que te repitas “Yo puedo con todo”, no sirve para nada si no hay un camino en tu mapa y es probable que algo de esto acabe pasando:

  • Empiezas a creer que no vales para nada, que eres inferior a los demás.
  • Sientes que estás desperdiciando tu vida, sólo sobrevives en piloto automático.
  • Todo se te hace una montaña, te cuesta decidirte y acaba venciéndote la apatía.
  • Te ves incapaz de conseguir lo que quieres y empiezas a pensar que quizá sea mejor resignarte con lo que tienes, aunque no te guste.
  • Te escondes en mil miedos y excusas que te mantienen en un estado de estancamiento y bloqueo continuo.
  • Tus emociones te desbordan y te encuentras en un estado de enfado constante.
  • Te sientes como un bicho raro, nadie te entiende ni te apoya como te gustaría.

Entonces… ¿por qué parece que tu mente te sabotea?

No es más que un malentendido que parte de considerar que el mapa representa todo lo que hay.

Tu mente recoge información de la realidad y la filtra según tus creencias, valores y experiencias para crear tu propio mapa.

Este mapa te sirve para entender lo que ocurre y darle un significado (el tuyo propio).

Pero lo que ves no es la realidad en sí, sino tu interpretación de la misma.

Esta es la razón de por qué ante una misma situación, dos personas pueden actuar de manera completamente diferente.

Por ejemplo, para algunas personas ver un perro les inspira miedo y a otras unas ganas incontrolables de acariciarlo.

El mapa en cada caso no es el mismo: han entendido una misma situación de manera distinta y han visto opciones diferentes.

Ambigrama

¿Qué ves? ¿Una joven mirando hacia atrás o una señora muy mayor de perfil? En cualquier caso, tienes razón.

Ahora bien, cuando tu mente no te muestra otras opciones, no es porque sea tu peor enemigo y quiera que las cosas te salgan mal.

En realidad lo que quiere es protegerte, por eso sólo te da las opciones que ve en tu mapa y descarta cualquier otra posibilidad por miedo.

Porque ¿alguna vez te has parado a pensar…

...que si te quedas donde estás, es para evitar tener que correr riesgos que no sabes si superarás?

...que si aplazas lo que quieres conseguir, no tienes que enfrentarte al miedo a decidir y equivocarte?

...que si no ves más que problemas y mil motivos para que cualquier opción sea buena, es para sentir la seguridad de quedarte en tu zona de confort?

La pelea interna entre tu mente y tú

“Quiero un cambio, pero al final no hago nada para conseguirlo y así se me pasan los días”

Si te identificas con esta frase, no es nada raro ni hay nada malo en ti.

Lo que pasa es que a tu mente le gusta sentir seguridad.

Por eso, mejor se queda en lo que ya conoce (aunque no te guste).

Piénsalo así: cuando eras peque (y puede que incluso no tan peque), tu madre estaba pendiente de ti y “cuidado no te manches”, “no te subas ahí que te caes”, “come despacio que te vas a ahogar” y un largo etc.

Por mucho que quisieras hacer cosas y arriesgarte, había algo que te frenaba.

Pues tu mente funciona igualito.

Busca la seguridad de lo que ya conoce y no le gusta que vayas por ahí asumiendo riesgos.

No porque quiera sabotearte y no dejarte avanzar, sino porque haciendo lo mismo de siempre, se sabe desenvolver: no hay incertidumbre.

Esa es la pelea interna que sientes cuando quieres hacer algo, pero a la vez prefieres no hacerlo y quedarte donde estás.

Si lo haces lo pasas mal, si no también.


Ahora la pregunta sería…

¿Cómo conseguir la aprobación de tu mente sobreprotectora para hacer lo que quieres (sin pasarlo mal)?

Pues de la misma manera que convenciste a tu madre para que te dejara salir: transmitiéndole seguridad y confianza.

Es posible que alguna vez puedas engañarla y conseguir que te deje arriesgarte, pero a la larga es más sencillo entender la lógica de cómo funciona.

Así dejarás de sentir que es tu enemigo.

Pues bien, para conseguir el cambio que quieres y que tu mente no te bloquee vas a necesitar un plan que deje bien claro cómo lo vas a hacer y en el que confíes por completo.

Ese plan lo puedes definir así:

Ten muy claro tu objetivo

Lo primero, es tener muy claro qué quieres conseguir, cuál es el cambio que te gustaría hacer.

Este punto parece fácil, pero muchas veces ni siquiera nos paramos a pensar qué queremos de verdad y acabamos andando casi por inercia, sin rumbo fijo, esperando a que algo cambie.

Saber bien hacia dónde quieres ir, hace que puedas elegir mejor qué camino te conviene más y te da una base sólida en la que apoyarte, un buen punto de partida.

Lo bueno de tener tu objetivo más claro es que sientes la seguridad de estar haciendo algo importante para ti y que cada paso que das tiene un sentido porque te lleva a donde quieres llegar.

Vamos, que dejas de ser un espectador que espera el cambio y pasas a ser tú quien lo dirige y eso hace que aumente la confianza en ti y te sientas con más motivación.

Como consecuencia, tienes menos dudas y te es más fácil saber qué hacer, por dónde empezar y cómo mantener el foco.

Ve tu situación actual desde otras perspectivas

Una vez que sabes a dónde quieres llegar, es importante saber dónde estás ahora.

Pero ya sabes que lo que ves, no es todo lo que hay, es sólo lo que tu mente ve en tu mapa.

Si la interpretación que estás haciendo de la realidad no es útil para ti, ábrete a otras opciones.

El objetivo es que vayas más allá de tu mapa a través de preguntas poderosas que te hagan pensar de una forma diferente y te lleven a plantearte ideas nuevas.

Trata de ver tu realidad de la manera más objetiva y honesta posible centrándote en el presente.

Esto te permite interpretar todo lo que estás viviendo desde otras perspectivas.

Y cuanto más te abras a otras posibilidades, más se amplía el mapa en tu mente, lo que te ayuda a tener más claridad y mejora tu capacidad para manejar las dificultades.

Además, empiezas a pensar de una forma más abierta, lo que hace que puedas salir de los bucles de pensamientos negativos y busques otras opciones que te permitan avanzar.

Cuando quieres darte cuenta, tu mapa ha cambiado.

Analiza las nuevas posibilidades (que antes no veías) y elige tu camino

Cuando tu mapa cambia, lo hace toda tu realidad: tu problema es el mismo pero las opciones que ves para superarlo son distintas.

Y un problema que antes podía ser una montaña, ahora es un paseo.

Ahora sólo se trata de ser consciente de todas las posibilidades que tienes a tu alcance y elegir un camino que te lleve del sitio donde estás ahora a lo que quieres conseguir.

Cuando descubres todos los recursos que tienes a mano y de los que no eres consciente, es mucho más sencillo poner el foco en buscar soluciones que en preocuparse por los posibles problemas.

Además, al descubrir nuevas posibilidades rompes las barreras mentales que te frenan, lo que hace que te sientas con más motivación y, al ser un proceso que has ido construyendo tú, tu autoestima y tu confianza aumentan.

Establece un plan paso a paso para recorrer ese camino

Por último, para que el cambio no se quede sólo en tu mente, lleva toda la reflexión a la práctica.

¿El secreto para hacerlo? Que no hay ningún secreto, no hay recetas mágicas iguales para todo el mundo.

Se trata de crear tu propio plan de acción paso a paso, un plan tan realista y concreto que le dé seguridad a tu mente para que no te bloquee.

De hecho la idea es todo lo contrario: que esté tan entusiasmada con lo que quieres hacer, que empiece a colaborar contigo.

Es muy importante que ese plan tenga todo lo que tú necesites para que no te asalte ninguna duda de qué hacer en cada momento y cómo lo vas a hacer. Esto hace que dejes de procrastinar y te simplifica tomar cualquier decisión.

Cuanto mejor sea tu plan, más organizado tienes todo en tu mente, fijas tus prioridades y pones el foco en el siguiente paso que vas a dar.

Y poco a poco sientes que tomas las riendas de tu vida, que vuelves a avanzar y que eres capaz de hacer el cambio que quieres.

Te hemos contado una serie de pasos que te van a dar un camino en tu mapa que haga posible conseguir lo que quieres y además que te sientas capaz de recorrerlo.

Así le das a tu mente seguridad y confianza para avanzar.

Una vez has hecho esto, tu mapa, tu manera de afrontar cualquier situación y tú cambiáis para siempre.

Por el camino, empiezas a relacionarte de otra manera con tu mente, la entiendes mejor y ella comprende que eres capaz de mucho más de lo que se imaginaba.

Eso hace que cada nuevo cambio que quieras hacer sea más fácil.


Pero cuando no tienes un plan o un camino a seguir, los días pasan esperando ese cambio que nunca llega.

Y puede llegar a ser muy frustrante.

Nosotros también estuvimos en ese estancamiento, enfadados con el mundo y con nosotros mismos.

Aunque sabíamos el cambio que queríamos hacer en nuestra vida, no teníamos un camino claro ni las herramientas para enfrentarnos a todos los miedos que se nos venían encima.

Tras demasiados años, decidimos que no aguantábamos más y queríamos pararnos a vivir.

Eso, para nosotros, significó hacer muchos cambios a la vez: dejar nuestro trabajo, nuestra ciudad y nuestra forma de vida para empezar otra completamente distinta.

Fue un camino de ensayo y error, con muchos tropiezos y caídas.

Ojalá hubiéramos tenido claro desde el principio que, mientras no entendiéramos nuestra mente y trabajásemos nuestros bloqueos, todo nos iba a costar el doble de esfuerzo.

Eso lo aprendimos por el camino, cuando decidimos formarnos en Coaching, Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística (PNL).

Ahí descubrimos las herramientas, los métodos y todo el potencial que tenemos en nuestra mente para cambiar nuestra realidad.

Pero además nos dimos cuenta de que había algo que nos parecía esencial.

El acompañamiento.



Porque aunque puedas aprender las herramientas por tu cuenta, es probable que después no sepas aplicar la teoría o cómo se ajusta a tu caso particular.

Junto a otra persona que conoce las herramientas se convierte en un juego que te pone más fácil salir de tu mapa y ver otras perspectivas. Con las preguntas adecuadas, te ayuda a pensar y a descubrir lo que por tu propia cuenta es más difícil de ver.

De esta manera, haces el camino en compañía y sientes ese apoyo en todo momento, lo que consigue que avances más rápido y con más seguridad en tus pasos.

La magia y la transformación aparecen al encontrar tus propias respuestas y sentirte capaz de crear tu propio camino.

Esa transformación es la esencia de Psique, nuestro acompañamiento individual de Coaching.

En Psique descubrirás cómo superar los miedos, obstáculos, creencias y limitaciones que te frenan en tu mente para conseguir el cambio que quieres.

No es un acompañamiento con meditaciones guiadas, frases positivas o charlas motivacionales.

Aquí lo importante es que tú sientas que estás avanzando y que de verdad te está ayudando.

¿El objetivo? Que tengas muy claro qué es lo que quieres y cómo lo vas a conseguir.

Hasta el punto de que sepas cómo superar cualquier bloqueo que tengas (interno o externo).

Por supuesto, hay otros profesionales y metodologías que te pueden ayudar a conseguir esto mismo.

Nosotros añadimos otra posibilidad a tu mapa para que puedas decidir si encaja contigo o no.

Si no te interesa, esperamos de todo corazón que lo que has leído hasta aquí te sirva de ayuda para abrirte a otras perspectivas y encontrar el camino que estás buscando.

Si crees que puede encajar contigo, sigue leyendo y te contamos un poco más.

Psique

Sesiones de Coaching individual

Lo primero que tienes que saber es que nuestras sesiones de Coaching se hacen de forma online a través de Zoom.

La duración de estas sesiones es flexible.

Te explicamos por qué.

La primera sesión será un poco más larga (alrededor de una hora y media), ya que hay mucho que hablar aquí. Nos meteremos de lleno con el objetivo, lo que quieres conseguir a lo largo del proceso de Coaching.

Como te hemos contado, parece algo sencillo, pero es la base sobre la que vamos a cimentar tu camino y es importante seguir una metodología para que sea sólida y segura.

Las siguientes sesiones durarán más o menos una hora. Con el objetivo claro en mente, irás desarrollando las estrategias para llegar hasta él. Esto supone entrar a investigar tu mapa y todo lo que ves en él.

NO te vamos a cortar en este proceso, respetamos y nos adaptamos a tu ritmo, por lo que nunca vamos a cerrar la sesión simplemente porque se cumpla la hora.

Tú decides cada cuánto hacemos las sesiones.

Nosotros recomendamos empezar con una a la semana, al menos al principio. Según tu evolución y las acciones que decidas hacer de por medio, se pueden espaciar después a cada dos semanas.

Siempre que sea posible, mantendremos las sesiones en el mismo día y a la misma hora que acordemos al principio (salvo fuerza mayor). Así nos será más fácil a los dos para organizarnos y comprometernos.

Si tienes dudas entre sesión y sesión, seguimos ahí contigo.

De hecho, es tan importante lo que pondrás en marcha entre sesiones como lo que trabajemos en las mismas.

Podríamos decir que las sesiones son la toma de conciencia y el tiempo hasta la siguiente es el momento de pasar a la acción y empezar a sentir que avanzas.

Por lo que es probable que sea cuando te surjan nuevas dudas.

Cualquier duda o problema que tengas o si simplemente quieres compartir algún logro o comentarnos cómo va tu proceso, tienes nuestro seguimiento y soporte por email y WhatsApp.

Si la situación lo requiere incluso podemos hacer una sesión de emergencia (según disponibilidad).

¿Empezamos?

Tras el pago, agendaremos la fecha y hora de la primera sesión para empezar tu transformación en Psique.

Pero sólo ofrecemos nuestros cursos y sesiones a los suscriptores.

Dentro de la newsletter, podrás acceder a Psique.

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Es gratis entrar y recibirás 2 emails cada semana que te ayudarán a conseguir el cambio que quieres superando los bloqueos mentales que te frenan.

Sólo ahí te ofreceremos nuestros cursos y sesiones con los que conseguir las herramientas que necesitas.

“Vale, pero… ¿qué me voy a encontrar exactamente? ¿cómo va a ser?”

No se trata de que te tumbes en el diván, juntes las manos sobre la barriga y cuentes tu vida.

Esto es más de remangarse y empezar a deshacer el lío que tienes montado en tu mente.

Aquí tú tienes el control de cada sesión y decides hacia qué objetivo quieres avanzar.

Tendremos una conversación relajada y, a través de preguntas, iremos desgranando lo que te está bloqueando, hasta que tengas las ideas más claras y puedas definir, por tu propia cuenta, un plan de acción para cambiar tu situación.

Por el camino, verás otra perspectiva no sólo de tu realidad, sino también de ti. Esto es incluso más importante que el propio plan de acción, porque hará que crezcas a nivel personal.

Porque de nada sirve tener un plan de acción, si no te ves capaz de llevarlo a cabo.

Aquí Esther lo explica muy bien:

Esther García

"Rocío primero te va a ayudar y luego va a sacar todo el potencial."

Y ojo, que hay mucha confusión por lo que se ve por ahí y queremos dejar esto muy claro:

Un coach NO da consejos ni es un sabio de la montaña que responde 3 preguntas. No te escucha y procesa toda la información que tú le das para darte de vuelta las respuestas que buscas.

Por la sencilla razón de que un coach no sabe lo que es mejor para ti, eso sólo lo sabes tú.

Tampoco es un entrenador de película americana que te suelta frases positivas y charlas motivacionales para inspirarte a trabajar duro.

Un (buen) coach mantiene una conversación en apariencia inocente contigo, pero en la que aplica una serie de metodologías y herramientas para que reflexiones, descubras tus propias respuestas y tomes tus propias decisiones.

En palabras de Gladys, que ya ha trabajado con nosotros:

Gladys Baquedano

"En el psicólogo sentía una barrera, había una distancia.
Hacer coaching con Juan es más relajado y no noto su estrategia, no sé qué está ocurriendo."

Eso sí, el Coaching no sirve en todas las situaciones…

En Coaching no tratamos patologías, traumas ni se hace terapia. Si crees que tu situación encaja más con alguna de estas cosas o necesitas un diagnóstico, consulta con un profesional en estas áreas.

Además, como te decíamos antes, el trabajo de un coach no es transmitirte sus conocimientos, si no ayudarte para que tú encuentres tus propias respuestas. Si tienes alguna duda sobre un campo en concreto y necesitas una respuesta más técnica, es mejor una mentoría.

Tampoco buscamos sanar las heridas de tu pasado.

En nuestras sesiones de Psique nos centramos en el presente, siempre con el objetivo puesto en cambiarlo para que el futuro sea el que tú quieras. Aunque podamos hablar del pasado, siempre será de cara a entender tu situación actual y cómo puedes avanzar.


… ni es para todo el mundo

Para que una persona pueda cambiar algo, tiene que estar dispuesta a cambiar su mapa.

Y no todo el mundo lo está.

Porque ampliar tu mapa, ver otras perspectivas y así poder ver tu realidad de una manera distinta a como lo haces ahora, supone entender que hay otras posibilidades con las que ahora mismo no cuentas y que también son válidas.

Aceptar que hay cosas que no sabes es un gran ejercicio de humildad.

Y descubrir perspectivas nuevas requiere de una mente abierta y curiosa.

Hay momentos en los que, por un motivo o por otro, no tenemos esa actitud ante la vida y, sin saberlo, nos resistimos al cambio que tanto queremos.

Si te niegas a aceptar otras posibilidades, no creemos que Psique te pueda ayudar en este momento.

Si crees que Psique es para ti…


Nosotros sólo te vamos a pedir una cosa

Por nuestra experiencia con otras personas con las que hemos trabajado, hay un requisito indispensable que vamos a pedir de ti.

Compromiso.

Contigo y con tu objetivo.

Sólo eso.

Es básico para que podamos ayudarte a gestionar el cambio que quieres para vivir una vida más acorde contigo.

Cuando te comprometes con tu objetivo puedes conseguir una gran diferencia, como hizo Danitza:

Danitza Fernández

"Conecté con el poder maravilloso que tengo en mi interior y desde allí poder realizar los cambios para ser una mejor versión de mí misma.
Me sentí guiada, acompañada y apoyada por Rocío."

Ya te avisamos de que si empiezas un proceso de Coaching (o en realidad… cualquier cosa) sin poner todo de tu parte, esperando a confirmar si funciona, lo más probable es que no funcione precisamente porque no has puesto todo de tu parte.

Si tienes dudas, escríbenos a [email protected] o a través de WhatsApp y confirmaremos por ambas partes si esto es para ti.

Por nuestra parte, te daremos nuestra opinión con total honestidad y te recomendaremos qué camino creemos que es mejor para ti.

Puede que al final decidas que nosotros o esta metodología no es lo más adecuado en este momento, en ese caso te deseamos de corazón que encuentres el medio de salir de tu bloqueo actual y que vuelvas a sentir que avanzas hacia el cambio que quieres.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto duran las sesiones?

La duración de nuestras sesiones es flexible.

La primera sesión será un poco más larga (alrededor de una hora y media) y las siguientes sesiones durarán alrededor de una hora.

Respetamos y nos adaptamos a tu ritmo, por lo que nunca vamos a cerrar la sesión simplemente porque se cumpla el tiempo.

¿Cuántas sesiones son necesarias?

Esta respuesta es un gran depende.

¿De qué? De tu punto de partida, de tu compromiso, de tu evolución…

Pueden ser 4 sesiones o si es algo más profundo entre 8 y 12.

En el caso de que ya hayas trabajado antes con nosotros y quieras tratar un tema muy puntual o revisar algo concreto, puedes coger una sola sesión. De lo contrario no te lo recomendamos porque en una sesión no tendremos el tiempo suficiente de hacer un proceso completo.

Dicho esto, ten en cuenta que nuestro propósito es que ganes las herramientas que necesitas lo antes posible para que puedas continuar el camino por tu cuenta sin nuestra ayuda.

En realidad, es como si fuéramos los ruedines de tu bicicleta: una vez te puedas manejar, ya no necesitas que estemos ahí. Eso sí ¡tampoco vamos a desaparecer! Cualquier cosa que necesites estaremos a tu lado para apoyarte.

¿Cada cuánto tiempo se hacen las sesiones?

Tú decides.

Nosotros recomendamos empezar con una a la semana, al menos al principio.

Según tu evolución y las acciones que decidas hacer de por medio, se pueden espaciar después a cada dos semanas.

¿Qué pasa si tengo dudas entre una sesión y otra?

Seguimos ahí contigo entre sesión y sesión.

Cualquier duda o problema que tengas o si simplemente quieres compartir algún logro o comentarnos cómo va tu proceso, tienes nuestro seguimiento y soporte por email y WhatsApp.

Si la situación lo requiere incluso podemos hacer una sesión de emergencia (según disponibilidad).

¿Quién hace las sesiones?

Las sesiones son 1 a 1 entre tú y uno de nosotros.

La idea es que se cree un vínculo, que sientas la comodidad y confianza para poder hablar de forma sincera y sin tapujos.

Por eso, antes de empezar tu proceso de Coaching, te preguntaremos si tienes alguna preferencia entre nosotros para tenerlo en cuenta.

En función de nuestra disponibilidad, te confirmaremos quién será tu coach y acordaremos la fecha y hora para la primera sesión.

¿Cuándo empezamos?

Cuando tú quieras (y según nuestra disponibilidad).

Tras hacer el pago, acordaremos la fecha y hora de la primera sesión.

Ahí empieza tu transformación en Psique.

¿Cómo sé si ahora es el mejor momento?

Esta pregunta puede ser muy peligrosa.

Mucho más si no tienes una respuesta clara, porque la conclusión a la que se suele llegar es que es mejor dejarlo para otro momento.

¿Para cuándo?

“Ya cuando me organice” o “cuando tenga más tiempo, ahora tengo mucho lío”.

Nosotros creemos que es justo al contrario.

Ver tu situación desde otra perspectiva, aprender a ver tu realidad con otros ojos y ampliar tu mapa te sirve precisamente para eso: para organizarte y deshacer el lío que te ocupa tanto tiempo. 

Si tienes muy claro que no es un buen momento y sabes por qué, entonces pon el foco en ello.

Pero ante la duda, aprender sobre ti y empezar a sentir que avanzas parece una buena prioridad.

Si aún no lo ves claro, sigue leyendo.

Sigo teniendo dudas ¿cómo sé que no me equivoco?

No lo sabes, y nosotros tampoco, pero lo peor que puedes hacer es quedarte con la duda.

Aquí te podríamos colar mil frases de azucarillo llenas de motivación para animarte a que des el paso, pero no hace falta (ni eso es Coaching).

No se trata de que te tires a la piscina, de que seas valiente ni confíes en nosotros ciegamente.

Simplemente escríbenos: por email a [email protected]a través de WhatsApp.

Y resuelve cualquier duda que puedas tener.

Si has llegado hasta aquí, ya te habrás hecho una buena idea de qué ofrecemos y cómo te puede ayudar.

Ya te avisamos de que cambiarás y lo que aprendas de ti te servirá de aquí en adelante.

Pero si crees que no es lo que necesitas en estos momentos, esperamos que encuentres la manera de conseguir el cambio que quieres.

Sólo ofrecemos nuestros cursos y sesiones a los suscriptores.

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